Resulta que lo que se supone superado, viene y te da una patada en el trasero, sólo y con la única finalidad de hacerte recordar que no eres, ni tan chingona para hacer que todo te valga madre, y menos, para dejar de llorar.
A veces el destino es cabrón, y te juega rudo cuando menos lo piensas, algunos dicen que nuestro destino ya está escrito y que todo lo que nos pasa es por que así debe ser, y blah blah...
Pero tal parece que alguien se equivocó y está compartiendo una vida ya planeada con una persona que no soy yo. Ni modo.
Hoy tras muchos meses de tranquilidad espiritual y sentimental, justo cuando todo parece ir más que excelente y que el sol por fin está queriendo salir en mi cabeza. De nuevo los fantasmas vienen a darme en la madre, enseñándome fotografías con gente sonriendo, vaya siendo felices, haciendo lo que siempre quisieron. Así como diciéndome: ¿ves? wey, así es como tú pudiste estar. y después la carcajada que hace estallar mis oídos. Para colmo... Yo ya lo sabía, pero no recordaba.
¡¡Gracias!! Hoy llueve más aquí adentro, que en donde está el ojo del huracán.
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